jueves, 21 de junio de 2012

LA NOCHE DE SAN JUAN...

ENERGÍAS MÁGICAS ACTUANDO EN LA TIERRA
Todos los años, el 23 de junio a las 12 de la noche, inicia un periodo mágico, por todo el mundo se realizan varios rituales para aprovechar las energías mágicas de la noche de San Juan. Pero… ¿de dónde viene esta magia?, ¿realmente hay magia a nuestro alrededor?

PREPARÓ A LA HUMANIDAD PARA LA LLEGADA DE JESÚS
Esta es una fecha en la que numerosas leyendas fantásticas son acordes al decir que es un período en el que se abren las invisibles puertas del “otro lado del espejo” que nos introduce al conocimiento del futuro y a las dimensiones mágicas de la realidad. Es la noche en que los entierros arden, el Diablo anda suelto y los campos son bendecidos por el Bautista. En la mañana, muy temprano la gente se lava el pelo y la cara con las aguas bendecidas, salen a dar un vespertino paseo a la luz de la Luna los seres femeninos misteriosos en torno a sus; las mujeres enamoradas sueñan y adivinan quién será el galán que las despose; las plantas venenosas pierden su dañina propiedad y, en cambio, las benévolas aumentan sus virtudes y es propicio para recolectar plantas medicinales en el campo. Los tesoros se remueven en las entrañas de la Tierra y las losas que los ocultan dejan al descubierto parte del mismo para que algún pobre mortal deje de ser, al menos, pobre. Todo se relaciona con San Juan el Bautista y el solsticio del 21 de junio. El 24, se celebra el nacimiento de San Juan, quien preparó a la humanidad para la llegada de Jesús. Su nacimiento ocurrió en una fecha muy cercana a un solsticio (de invierno para el hemisferio sur, y de verano para el hemisferio norte), lo que quiere decir que lo que está en juego son poderosas energías solares actuando en la Tierra. Durante esta noche mágica, usted podrá utilizar todos estos beneficios, que le ayudarán a mejorar distintos aspectos de su vida.

PERO, ¿POR QUÉ SAN JUAN BAUTISTA?
San Lucas narra en su Evangelio que María, en los días siguientes a la Anunciación, fue a visitar a su prima Isabel cuando ésta se hallaba en el sexto mes de embarazo. Por lo tanto, fue fácil fijar la solemnidad del Bautista en el octavo mes de las candelas de junio, seis meses antes del nacimiento de Cristo. (De hoy en seis meses, el 24 de diciembre, estaremos celebrando el nacimiento de nuestro Redentor, Jesús). Desde entonces se señaló esta noche como la de San Juan, que ha heredado una serie de prácticas, ritos, tradiciones y costumbres cuyos orígenes son inmemoriales en toda Europa y se han extendido por muchos pueblos de América. Lo paradójico del asunto es que el 24 de junio se celebra la fecha del nacimiento del Bautista, que en realidad no debería festejarse porque de los Santos siempre se recuerda el día de su muerte. En el Evangelio de San Lucas se cuenta que su padre, el sacerdote Zacarías, había perdido la voz por dudar de su mujer, Isabel, estuviera en cinta. Sin embargo en el momento de nacer San Juan la recuperó milagrosamente, como se lo había predicho el ángel Gabriel. Rebosante de alegría, la tradición religiosa dice que encendió hogueras para anunciar a parientes y amigos la noticia. Cuando siglos después se cristianizó esta fiesta, la noche del 23 al 24 de junio se convirtió en una noche santa y sagrada, sin abandonar por eso su aura mágica.

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