jueves, 28 de junio de 2012

MUSEO DE GEOLOGÍA DE LA UNAM

HISTÓRICO LUGAR PARA VISITAR
La República Mexicana a lo largo de su historia, ha presentado interesantes épocas de transformaciones, una de ellas fue el periodo de 1885 a 1915, en la cual, el General Porfirio Díaz se mantuvo al frente del Gobierno de México. Uno de sus principales intereses, fue proponer un cambio urbano en la ciudad de México, en donde las casas que se construyeran fueran de tipo ciudadano, un tanto sobrio, pero que no faltasen los detalles ornamentales. Debido al gran auge presentado, el gobierno creó diversas reglamentaciones que obligaban a las personas interesadas a vender sus terrenos y ceder espacios con fines sociales, Estanislao Flores y su hermano Joaquín, responden a dicha propuesta y en 1856 entregaron sus terrenos para la construcción de calles, plazas, paseos, mercados y parques. Finalmente como producto de esas donaciones, Santa María La Ribera se fundó en 1859, en los terrenos del rancho del mismo nombre y fue considerada como una zona preferida por la gente de altos recursos.

LA CREACIÓN DEL INSTITUTO GEOLÓGICO NACIONAL
La traza de sus manzanas y calles con su correspondiente nomenclatura aparece dos años después. A fines del siglo XIX el Gobierno Federal creó una institución dedicada a la investigación científica, difusión y docencia de la Geología para conocer los recursos naturales explotables de nuestro país y, para ello, se estableció en 1886, por iniciativa del Ingeniero Geólogo Don Antonio del Castillo, la Comisión Geológica Nacional. El 17 de septiembre de 1888, el Congreso de la Unión decretó la creación del Instituto Geológico Nacional, dependiente de la Secretaría de Fomento, Colonización e Industria. Las primeras investigaciones realizadas fueron de especulación científica, que obedecía a la labor de preparación que tenía que llevarse a efecto para aplicar poco a poco los conocimientos en el desarrollo de las industrias minera y petrolera, el uso de los minerales no metálicos, además del aprovechamiento de las aguas superficiales y subterráneas utilizadas en las actividades agrícolas. Por ello se explica que las primeras publicaciones se ocuparon del Bosquejo Geológico de México, de un Catálogo Sistemático y Geográfico de las Especies Mineralógicas de la República Mexicana y de la Recopilación Bibliográfica, Geológica y Minera, así como estudios de Vulcanología y paleontología.

INICIA SU CONSTRUCCIÓN EL 17 DE JULIO DE 1890
Después de creado el instituto se pensó en un edificio que albergara a su personal y fue hasta el 17 de julio de 1890 cuando se inició la construcción de este edificio, ubicado en la 5ta calle del Ciprés No. 2728 (actualmente Jaime Torres Bodet No. 176), bajo la dirección del Arq. Carlos Herrera López, en colaboración con el Ing. José Guadalupe Aguilera Serrano, autor de los planos y distribución de las áreas. El 1o de junio de 1904, se inician las labores de investigación con la fundación de la Sociedad Geológica Mexicana y el 6 de septiembre de 1906 se inauguró oficialmente el edificio, con motivo del X Congreso Geológico Internacional; en 1917 el organismo pasa a ser dependiente de la Secretaría de Industria, Comercio y Trabajo cambiando su nombre por “Departamento de Exploraciones y Estudios Geológicos”. El 16 de noviembre de 1929 la institución pasó a formar parte de la Universidad Nacional Autónoma de México, con el Nombre de Instituto de Geología de la U.N.A.M., mismo que conserva en la actualidad; y en el año de 1956 el personal académico y administrativo fue trasladado a las nuevas instalaciones en Ciudad Universitaria, conservándose desde entonces este edificio exclusivamente como Museo del Instituto de Geología de la U.N.A.M. Designación que prevalece sin modificación alguna hasta el presente.

PALEONTOLOGÍA EN MÉXICO
En la sala de Paleontología son exhibidos fósiles de invertebrados y vertebrados. Los primeros están ordenados con base a su edad geológica, es decir, se sigue un orden cronológico de los períodos del Paleozoico, Mesozoico y Cenozoico. La mayor parte de los especímenes procede de lechos fosilíferos marinos. Los fósiles de vertebrados en su mayoría son del Pleistoceno, excepto el dinosaurio Pico de Pato y el ictiosauro que son del mesozoico y el cráneo del dinoterio, de edad terciaria. Paso a paso se observan restos fósiles comenzando con los primeros organismos que poblaron la Tierra a través del tiempo hasta llegar a los organismos más recientes, como son los elefantes y caballos.

EL METEORO DE ALLENDE
En este interesante museo se encuentra una sala dedicada a los Meteoros que han caído en México y otras partes del mundo, y justamente ahí podemos apreciar uno de estos viajeros del Cosmos que cayo en Chihuahua y se nombro como el meteoro de Allende y que por su relevancia e importancia es reconocido en todo el mundo, ya que le ha dado a los estudiosos al analizarlo información suficiente como para saber que es mas antiguo que el mismo Sistema Solar, algo realmente incomprensible y maravilloso.

miércoles, 27 de junio de 2012

TULA PORTENTOSA ZONA ARQUEOLOGICA

Y SUS INCREÍBLES ATLANTES
Por: Roberto S. Contreras Esparza
Recientemente, durante una investigación que realizábamos fuimos a dar a una interesante zona arqueológica, de las mas importantes del centro del país y de origen Tolteca y por la relevancia e interés del mismo, no podíamos dejar pasar la oportunidad para escribir algo sobre ese rico legado de construcciones que por fortuna están ahí, para que las visitemos y aprendamos más de ese patrimonio cultural que nos ofrece. Ya en otras ocasiones, hace algunos años habíamos escrito sobre esta gran ciudad prehispánica, pero el pretexto es ideal y aquí le mostramos un poco más de su historia, de su gran jerarquía entre los pueblos de Mesoamérica y por lo cual, les mostramos lo siguiente:
TULA UNA ANTIGUA GRAN CIUDAD
La Zona Arqueológica de Tula es las más importantes de la cultura Tolteca. Está formada por un conjunto de construcciones con un profundo simbolismo religioso como son el Altar Central, el Palacio Quemado, el Coatepantli o Muro de las Serpientes, los Juegos de Pelota y el Tzompantli. Pero, si nos adentramos en su rica historia, más sobre la ciudad de Tula se ha averiguado que las investigaciones arqueológicas han podido confirmar que esta metrópoli era uno de los centros urbanos más extensos de Mesoamérica, con cerca de 15 km2 durante su apogeo, que fue aproximadamente entre 900-1150 d.C. De esta forma, se sabe que era una ciudad con una gran complejidad económica, política y étnica, con miles de habitantes agrupados en distintas clases sociales, entre ellas nobles, sacerdotes, artesanos, agricultores y otros especialistas. Dentro de la ciudad se han identificado docenas de barrios con sus propios centros administrativos y templos. El gran avance cultural y la escala urbana de Tula confirma que tenía el esplendor y la magnitud suficiente para ser identificado como la gran Tollan descrita en muchas de las crónicas de los pueblos del Altiplano de México que sobrevivieron a la conquista española.
TULA LA GRAN TOLLAN
Tollan es la primera ciudad del Centro de México sobre la cual hay registros históricos, en los que se habla de grupos étnicos específicos, continuidades dinásticas con nombres de reyes, migraciones, nombres de provincias conquistadas y ciclos épicos del Rey-Dios Topiltzin Quetzalcóatl. Estudiosos renombrados han señalado que los mexicas del siglo XVI identificaron claramente los vestigios de Tula (en el estado de Hidalgo) como la antigua Tollan. Desde 1934, se confirmo la correspondencia entre los nombres de diversos lugares mencionados en crónicas y documentos sobre Tollan con sitios localizados en los alrededores de Tula. Entre esas fuentes se encuentran la obra de Sahagún, los Anales de Cuauhtitlán, la obra de Ixtlilxóchitl y la Historia Tolteca-Chichimeca. En 1946 se presentó un famoso mapa con los lugares históricos cercanos a Tula mencionados en las crónicas toltecas.
COMPARACIONES Y REFERENCIAS TRACENDENTES
Es fundamental entender la importancia y similitud histórica de Tollan o Tula. Por ejemplo, Sahagún llama a la Tula donde residía el rey Quetzalcóatl, Tollan Xicocotitlan, es decir “Tula junto a Xicococ”; existe en efecto, cerca de Tula, el famoso cerro Jicuco. Sahagún menciona también a Xippacoyan (el actual San Lorenzo, cercano a Tula), llama al río Tula como Texcalapan, nombre que se encuentra en un mapa del siglo XVIII sobre el área de Tula, que se conserva en el Archivo General de la Nación, y menciona a Xochi-tlán que se sabe que está hacia el poniente de Tula. En los Anales de Cuauhtitlán se menciona al cerro Xicococ como el lugar donde residía un sacerdote con el cargo de Quetzalcóatl, y también al cerro Cincoc (el moderno cerro Jorobas), al norte de Huehuetoca y visible desde Tula. Otro lugar de gran importancia ubicado cerca de Tula es Huapalcalli, “Casa de Vigas”, donde los informantes de Sahagún dicen que los toltecas vivían antes de que ellos fundaran Tollan.
SITIOS RELEVANTES DE LA MAGNIFICA TULA
Tula aún guarda grandes sorpresas de su pasado para mostrarnos y la arqueología oficial sigue trabajando para descubrir más de sus secretos, pero por ahora al estar en esta antigua ciudad podemos encontrar que entre los lugares a visitar en esta interesante zona, destacan por su importancia sitios como: 
ATLANTES: Uno de los atractivos principales de la Zona Arqueológica de Tula son los famosos Atlantes de 4.8 m de altura, cada uno de ellos labrado en piedra basáltica, quienes custodian la parte superior del Templo de Trahuizcalpantecutli o “Estrella de la Mañana”. Se dice que estos gigantes sostuvieron el techo del adoratorio dedicado a Quetzalcóatl, por lo que se cree que los Atlantes simbolizan a su ejército.
EL COATEPANTLI O MURO DE LAS SERPIENTES: Es una construcción decorada con almenas en forma de caracol que simbólicamente representa la resurrección de Quetzalcóatl cada mañana.
IMPRECIONANTE CHAC-MOOL
EL CHAC-MOOL: Para nuestros antepasados, el dios Chac-Mool representaba la fertilidad  del ser humano y de la tierra, por lo que tenía un lugar importante en su  vida.  En Tula, al igual que en Teotihuacán, Chichen Itzá y Xochicalco,  se encuentra una de estas figuras de piedra.  Esta figura se encuentra dentro del Museo Jorge R. Acosta.
PAPALOTL: Otro elemento que se observa en  los Atlantes, es el escudo que  tienen en el pecho, un símbolo mítico ya que la figura de Quetzalcóatl tenía dos formas de manifestarse: la serpiente  emplumada y la mariposa o  Papalotl.
PALACIO QUEMADO: En este lugar se encuentran los restos más significativos del Arte Tolteca, una banqueta adornada por una procesión de 13 personajes. En los grabados de  piedra se ilustra a los jefes toltecas con collares y brazaletes en manos y tobillos. Los restos muestran evidentes danos de un incendio deliberado, ya sea por los aztecas o por los conquistadores españoles.
JUEGO DE PELOTA: Rodeando la plaza había tres juegos de pelota donde se  realizaban encuentros de naturaleza ritual y sacra. La construcción que se puede observar actualmente es de grandes dimensiones y tienen un gran parecido al  juego de Chichen Itzá.
LA GRAN TULA Y EL EXPLENDOR DE SU PASADO
Tula es considerada, junto con Teotihuacán y Tenochtitlán, una de las ciudades más grandes del Altiplano Central mexicano, la cual entre 900 y 1150 d.C. tuvo una extensión de casi 16 km2 y una población de miles de habitantes. Asimismo, su área de influencia se extendió hacia el Centro de México y otras regiones como el Bajío, la Huasteca, la costa del Golfo, la península de Yucatán, y hasta regiones más distantes como el Soconusco, la costa del Pacífico en Chiapas, Guatemala y El Salvador. La importancia de Tula también se debe a que hay datos etnohistóricos sobre diversos aspectos de su historia y su cultura: nombres de reyes, relatos sobre la fundación de la ciudad, así como de su conquista y decadencia. Tula se convirtió en el prototipo de diversas instituciones y conceptos religiosos del pueblo mexica. Como resultado de las diversas investigaciones realizadas en la ciudad, se conoce con exactitud su extensión y aspectos importantes de su crecimiento y desarrollo, así como sobre su organización económica, social y política.
ALGO MÁS SOBRE LA CIUDAD TOLTECA
De acuerdo a fuentes oficiales de exploraciones arqueológicas publicadas en varios sitios sobre esta gran orbe, encontramos investigaciones sobre la antigua ciudad que comenzaron en los cuarenta del siglo XX. Por ese entonces, el arqueólogo Jorge R. Acosta realizó excavaciones y trabajos de restauración en la sitio, los que continuaron durante los siguientes 20 años. Sus esfuerzos se centraron en cinco de los edificios que circundan la plaza central de Tula, los monumentos más grandes e importantes, el Palacio Quemado, un gran conjunto arquitectónico porticado situado al oeste, el Juego de Pelota No. 1, localizado en la plazoleta norte y el muro conocido como Coatepantli.
LOS DESCUBRIMIETOS CONTINUAN
En años posteriores, en especial a partir de los setenta, diversos arqueólogos del INAH y de otras instituciones han realizado proyectos de conservación y restauración en la misma zona, así como investigaciones en otras áreas de la antigua ciudad. Entre 1968 y 1970, Eduardo Matos excavó y restauró dos estructuras importantes, el Juego de Pelota No. 2, en el extremo oeste de la plaza principal, y una pequeña plataforma rectangular que funcionó como Tzompantli, localizada en la plaza, frente a ese juego de pelota. En 1979, el Centro Regional Hidalgo realizó algunos trabajos de conservación en el área. El mismo centro desarrolló, entre 1980 y 1982, un programa de excavaciones en diversos puntos de la zona arqueológica de Tula, como los cerros El Tesoro y Malinche, trabajos estos últimos coordinados por Rafael Abascal, que también incluyeron el mantenimiento de la zona monumental. Se excavó parcialmente la gran plataforma y una serie de estructuras en las terrazas inferiores, localizadas fuera de la zona arqueológica.
LA GRAN TULA
Esto es algo de lo mucho que podemos encontrar al indagar, leer y sobre todo, visitar esta magnífica orbe de nuestro pasado y estamos seguros, que Tula cuenta con una historia extraordinaria y que por fortuna la tenemos en México, una más de nuestras razas que nos dieron origen y que aun podemos contemplar en el estado de Hidalgo.

jueves, 21 de junio de 2012

LA NOCHE DE SAN JUAN...

ENERGÍAS MÁGICAS ACTUANDO EN LA TIERRA
Todos los años, el 23 de junio a las 12 de la noche, inicia un periodo mágico, por todo el mundo se realizan varios rituales para aprovechar las energías mágicas de la noche de San Juan. Pero… ¿de dónde viene esta magia?, ¿realmente hay magia a nuestro alrededor?

PREPARÓ A LA HUMANIDAD PARA LA LLEGADA DE JESÚS
Esta es una fecha en la que numerosas leyendas fantásticas son acordes al decir que es un período en el que se abren las invisibles puertas del “otro lado del espejo” que nos introduce al conocimiento del futuro y a las dimensiones mágicas de la realidad. Es la noche en que los entierros arden, el Diablo anda suelto y los campos son bendecidos por el Bautista. En la mañana, muy temprano la gente se lava el pelo y la cara con las aguas bendecidas, salen a dar un vespertino paseo a la luz de la Luna los seres femeninos misteriosos en torno a sus; las mujeres enamoradas sueñan y adivinan quién será el galán que las despose; las plantas venenosas pierden su dañina propiedad y, en cambio, las benévolas aumentan sus virtudes y es propicio para recolectar plantas medicinales en el campo. Los tesoros se remueven en las entrañas de la Tierra y las losas que los ocultan dejan al descubierto parte del mismo para que algún pobre mortal deje de ser, al menos, pobre. Todo se relaciona con San Juan el Bautista y el solsticio del 21 de junio. El 24, se celebra el nacimiento de San Juan, quien preparó a la humanidad para la llegada de Jesús. Su nacimiento ocurrió en una fecha muy cercana a un solsticio (de invierno para el hemisferio sur, y de verano para el hemisferio norte), lo que quiere decir que lo que está en juego son poderosas energías solares actuando en la Tierra. Durante esta noche mágica, usted podrá utilizar todos estos beneficios, que le ayudarán a mejorar distintos aspectos de su vida.

PERO, ¿POR QUÉ SAN JUAN BAUTISTA?
San Lucas narra en su Evangelio que María, en los días siguientes a la Anunciación, fue a visitar a su prima Isabel cuando ésta se hallaba en el sexto mes de embarazo. Por lo tanto, fue fácil fijar la solemnidad del Bautista en el octavo mes de las candelas de junio, seis meses antes del nacimiento de Cristo. (De hoy en seis meses, el 24 de diciembre, estaremos celebrando el nacimiento de nuestro Redentor, Jesús). Desde entonces se señaló esta noche como la de San Juan, que ha heredado una serie de prácticas, ritos, tradiciones y costumbres cuyos orígenes son inmemoriales en toda Europa y se han extendido por muchos pueblos de América. Lo paradójico del asunto es que el 24 de junio se celebra la fecha del nacimiento del Bautista, que en realidad no debería festejarse porque de los Santos siempre se recuerda el día de su muerte. En el Evangelio de San Lucas se cuenta que su padre, el sacerdote Zacarías, había perdido la voz por dudar de su mujer, Isabel, estuviera en cinta. Sin embargo en el momento de nacer San Juan la recuperó milagrosamente, como se lo había predicho el ángel Gabriel. Rebosante de alegría, la tradición religiosa dice que encendió hogueras para anunciar a parientes y amigos la noticia. Cuando siglos después se cristianizó esta fiesta, la noche del 23 al 24 de junio se convirtió en una noche santa y sagrada, sin abandonar por eso su aura mágica.

jueves, 14 de junio de 2012

TLÁLOC EN LA CIUDAD PREHISPÁNICA DE TIKAL

LA GRAN CULTURA TEOTIHUACANA
Por Roberto S. Contreras Esparza
TEOTIHUACÁN, LA CIUDAD DONDE LOS HOMBRES SE CONVIERTEN EN DIOSES
Teotihuacán fue una civilización agrícola que se estableció unos 600 años antes de Cristo aproximadamente. Quinientos años más tarde ya se había consolidado aquella cultura y comenzaron a edificar las impresionantes pirámides y templos que aun podemos ver. Esa cultura floreció y mantuvo comercio con muchas regiones y culturas de Mesoamérica; al menos sus objetos de alfarería llegaron hasta la Guatemala.

LUGAR DONDE NACEN LOS DIOSES
TLALOC DE TEOTIHUACÁN EN EL MUSEO DE ANTROPOLOGIA
Se sabe muy poco de la cultura teotihuacana, los nombres que se le han dado a los monumentos piramidales, sitios y hasta creencias fueron por los mexicas. Para los mexicas Teotihuacán era un lugar sagrado y se cree que le llamaron así porque esta palabra para ellos quería decir algo así como “Lugar donde los hombres se convierten en dioses”, pero algunos otros estudiosos creen que Teotihuacán significa “Lugar donde nacen los dioses” ya que la leyenda dice que fue en esta ciudad donde nació el quinto sol. También se le interpreta como “Lugar de los dioses”.

TEOTIHUACÁN LA BASE DE LAS CULTURAS POSTERIORES
Durante sus años de mayor esplendor, Teotihuacán llegó a ocupar un área de unos 18 kilómetros cuadrados con una población de unos 200 mil habitantes. Algunos conocedores estiman que fueron las invasiones de las culturas del norte, tal vez los otomíes o tal vez los toltecas, con su carácter guerrero quienes dieron fin a la civilización teotihuacana. Lo cierto es que Teotihuacán creo, o al menos recompiló, la cultura y creencias que después serían la base de las culturas posteriores de México y Mesoamérica.

TLÁLOC EN TIKAL
EL COSTADO IZQUIERDO DE LA ESTELA MAYA NUMERO 31
LA ESTELA MAYA NUMERO 31 DE FRENTE
 EL LADO DERECHO CON EL PERSONAJE DE TEOTIHUACÁN
EL DETALLE DE LA VESTIMENTA DEL PERSONAJE TEOTIHUACANO
EL TLALOC EN LA VESTIMENTA QUE NOS DICE EL ORIGEN DE ESTE PERSONAJE
 LA ESTELA MAYA NUMERO 31 POR LA PARTE DE ATRAS Y LA NARRACION DEL ESTE SUCESO
En el museo de antropología de la Ciudad de México, se encuentra una estela Maya de la zona arqueológica de Tikal, en esa estela marcada como la numero 31 se aprecia a dos personajes de rango de esa ciudad, en una ceremonia importante, pero además, esta presente como testigo o dando su anuencia a ese evento trascendente, otro personaje ataviado de forma diferente y que porta en su traje la cara o representación de un Tláloc, el Dios de la lluvia alabado por varias culturas de México precolombino. Este hecho es trascendente, ya que registra sobre la importancia y gran influencia que tenia el pueblo teotihuacano en Mesoamérica.

TIKAL EN GUATEMALA

jueves, 7 de junio de 2012

EL SOL Y VENUS...

EL TRANSITO DE VENUS ANTE EL SOL 5-VI-2012
Fotos: Roberto S. Contreras Esparza
En la Figura se puede observar la geometría del tránsito de Venus. El primer contacto ocurrirá a las 17:06 de tiempo local del centro del país y se podrá observar hasta las 20:08, hora de la puesta del Sol el día 5 de junio. Si en el horizonte poniente existe algún accidente geográfico, el tiempo de observación del fenómeno se puede reducir…

miércoles, 6 de junio de 2012

LA VIRGEN DE GUADALUPE EN EL PALACIO DEL ARZOBISPADO

LA TILMA, JUAN DIEGO Y FRAY DE ZUMÁRRAGA
Por Roberto S. Contreras Esparza
En el corazón de nuestra gran ciudad sucedió hace varios siglos un hecho muy importante para el pueblo mexicano, especialmente para todas las personas que sienten su religión y llevan muy marcadas en su mente las manifestaciones de la Virgen de Guadalupe y el ahora Santo Juan Diego. Este acontecimiento ha trascendido mundialmente y casi todos los mexicanos conocemos la historia que tuvo lugar cierto día de diciembre de 1531. Pero lo que muy pocos saben es que el encuentro de Juan Diego con quien por aquel entonces era el arzobispo de México, fray Juan de Zumárraga, sucedió en pleno Centro Histórico, a un costado de lo que hoy es Palacio Nacional y a pocos metros donde quedan las ruinas de lo que fue el gran el Templo Mayor. El sitio es el Palacio del Arzobispado, hoy Museo de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Ahí tuvo lugar la reveladora presentación de la imagen de la Virgen por parte de Juan Diego, que sería fundamental y trascendente en la vida del pueblo mexicano. Pero antes de adentrarnos en este interesante suceso, averigüemos algo más de la singular historia de esta antiquísima construcción. Iniciemos con el predio y lo que ahora podemos apreciar ahí. Vestigios de la pirámide a Tecaztlipoca.
ERA EL TEMPLO DE TEZCATLIPOCA
El terreno donde está el actual Museo de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público cuenta con más de seiscientos años. En la capital del imperio mexica fue la sede del templo dedicado a una de sus principales deidades: el gran Tezcatlipoca, dios protector de los guerreros y, entre otros de sus atributos, señor del inframundo. El primer obispo de la Nueva España, fray Juan de Zumárraga, escogió este sitio para fijar su residencia. Zumárraga, fue nombrado arzobispo en 1547, pero falleció antes de recibir las bulas de su consagración. A pesar de haber donado en vida la casa y sus posteriores ampliaciones al Hospital del Amor de Dios, por decisión de la jerarquía eclesiástica, este sitio habría de fungir como sede del Arzobispado de México por algún buen tiempo.
LA IGLESIA PIERDE ESTA INSIGNE PROPIEDAD
A lo largo de la Colonia, la modesta construcción original fue cambiando notoriamente. Alcanzó sus dimensiones y majestuosidad de palacio en el siglo XVIII, características que permanecen hasta nuestros días. En el Palacio del Arzobispado se encontraban las habitaciones privadas de los altos prelados de la Iglesia católica, las oficinas, los tribunales, una fábrica de campanas y una cárcel eclesiástica, donde (poco saben) fue recluido uno de los precursores de la guerra de Independencia: el licenciado Francisco Primo de Verdad y Ramos, quien murió ahí mismo en circunstancias misteriosas. El clero fue perdiendo poder político y se trastocaría su enorme estructura económica al aprobarse las Leyes de Reforma que decretaban la separación de la Iglesia del Estado y la desamortización (largo proceso histórico-económico iniciado en España a finales del siglo XVIII) de sus bienes. Y aunque las Leyes de Reforma no incluían los inmuebles destinados a casas cúrales y para el servicio del clero —caso del Palacio Arzobispal— el clima político y el ya grave deterioro del inmueble determinó que el último arzobispo que en él habitó lo abandonara. La Iglesia nunca más reclamó esta propiedad.
DIVERSOS USOS PARA ESTE INMUEBLE
Tras haber sido cárcel para los enemigos de la Revolución de Ayutla, y posteriormente cuartel de las tropas francesas en 1867, la República restaurada asignó el inmueble a la Contaduría Mayor de Hacienda y a la Imprenta del gobierno federal, donde se editaba el Diario Oficial. Cierta área se ocupó para la fábrica de cigarros La Sultana, hasta 1890. El ex arzobispado, como se le conocía entonces, fue sede de oficinas de la Secretaría de Hacienda, de Guerra y Marina, y de Bienes Nacionales e Inspección Administrativa. En 1931 se le declaró monumento histórico y se ordenó su reparación. En 1961, por decreto presidencial se destinó a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Fungió como sede de una escuela primaria, guardería y jardín de niños, y luego como oficinas para iniciar su restauración.
LA REPARACIÓN DEL EDIFICIO
Después del terremoto de 1985 se cerró para su total restauración. Por el hecho de haber sido erigido sobre el basamento de una pirámide, el edificio no padeció el hundimiento natural que sucede con gran cantidad de construcciones del Centro Histórico; sin embargo, sí provocó daños estructurales. Durante las obras para darle estabilidad al edificio se logró la localización de los muros norte y oriente del Templo de Tezcatlipoca, y el 1 de julio de 1988, durante los trabajos de re cimentación, enterrado a dos metros debajo de la fuente del segundo patio se encontró un monolito circular pintado de rojo. Estaba en su posición original, sobre lo que pudiera ser la plataforma del templo, una piedra basáltica de 224 centímetros de diámetro, con una representación del sol labrada en la parte superior, y en el centro un rostro de una deidad solar. En el canto de este impresionante monolito llamado Temalácatl-Cuauxhicalli se narran las conquistas del tlatoani Moctezuma Ilhuicamina, en once escenas que además hacen referencias continuas al dios Tezcatlipoca, identificado por su pie cercenado y en su lugar el espejo humeante. Hubo posteriores trabajos de rescate como parte del Programa de Arqueología Urbana que permitieron la delimitación del templo. Así, después de todo este reacomodo, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público determinó darle un justo uso al inmueble: convertirlo en un espacio dedicado a la cultura, donde se exhibiera de manera permanente una selección de las colecciones del Acervo Patrimonial y Pago en Especie.
ALGO SOBRE JUAN DIEGO
Lo que ahora conoceremos es sobre el suceso y la presentación de la tilma de Juan diego (su nombre original era Cuauhtlatoatzin, que podría ser traducido como “el que habla como águila” o “águila que habla”) ante el hombre más importante y representativo en esos días en la Nueva España: fray Juan de Zumárraga. Fue en el Palacio del Arzobispado (para muchos un hecho totalmente desconocido, ya que no fue en Tlatelolco o en el Tepeyac como generalmente se piensa) donde ocurrió tan recordado acontecimiento. En México, la mayoría de los católicos conoce la historia y sabemos quién fue Juan Diego, pero por si hay alguien que pueda albergar dudas sobre él, aquí les presentamos un breve resumen sobre el segundo santo mexicano (el primero y por muchos años único fue San Felipe de Jesús). Gran parte de los estudiosos concuerda que Juan Diego nació en 1474 en Tlayacac de Cuautitlán, poblado que fue establecido en 1168 por los nahuas y posteriormente conquistado por el jefe azteca Axayacatl en 1467, y que estaba localizado 20 kilómetros al norte de México- Tenochtitlán.
¿CÓMO ERA JUAN DIEGO?
El Nican Mopohua (el documento único que trata sobre la manifestación de la Virgen de Guadalupe) describe a Juan Diego como un “macehualli” o “indio pobre”, es decir, que no pertenecía a ninguna de las categorías sociales del imperio azteca, como funcionarios, sacerdotes, guerreros, mercaderes, etcétera; que pertenecía a la más numerosa y baja clase de la sociedad, pero no a la de los esclavos. Cuando platica con la Virgen se describe como un hombrecillo o un don nadie y atribuye a esto su falta de credibilidad ante el obispo. Él trabajaba la tierra y fabricaba mantas que luego vendía. Era dueño de su pedazo de tierra y tenía una pequeña vivienda en ella. Estaba casado, pero no tenía hijos. Durante los años 1524 o 1525 se produce su conversión al cristianismo y fue bautizado, así como su esposa, recibiendo el nombre cristiano de Juan Diego, y su cónyuge el de María Lucía. Fueron bautizados por un fraile de nombre Peter da Gand, uno de los primeros misionarios franciscanos en arribar a México.
LA VIRGEN LE HABLA A JUAN DIEGO
De acuerdo con la primera investigación formal realizada por la Iglesia sobre los sucesos, las “Informaciones Guadalupanas de 1666”, se dice que Juan Diego parece haber sido un hombre muy devoto y religioso, aun antes de su conversión. Era muy reservado y de un místico carácter, afecto a largos silencios y frecuentes penitencias, quien solía caminar desde su poblado hasta Tenochtitlán, a 20 kilómetros de distancia. Caminaba descalzo, como la gente de su clase, un macehualli, ya que sólo los miembros de los estratos superiores usaban cactlis o sandalias, confeccionadas con fibras vegetales o pieles. Su esposa María Lucía enferma y luego fallece en 1529. Juan Diego entonces se traslada a vivir con su tío Juan Bernardino, en Tolpetlac, que le quedaba más cerca de la iglesia en Tlatilolco (Tlatelolco), sólo 14 kilómetros. En esas frías madrugadas de diciembre usaba una manta, tilma o ayate, tejida con fibras del maguey, el cactus típico de la región. El algodón era usado sólo por los aztecas más privilegiados. Durante una de sus caminatas rumbo a Tenochtitlán, que solía tomar unas tres horas y media a través de montañas y poblados, ocurre la primera manifestación de la Virgen de Guadalupe, en el lugar ahora conocido como “capilla del cerrito”, donde la Santísima Virgen le habló en su idioma, el náhuatl. Ella se refirió a él con grandísimo cariño, llamándolo “Juanito, Juan Dieguito, el más pequeño de mis hijos, hijito mío”.
MUERE EN 1548, A LOS 74 AÑOS
Tenía 57 años en el momento de las apariciones, ciertamente una edad avanzada en un lugar y época donde la longevidad de vida masculina era precaria. Luego del milagro de Guadalupe, Juan Diego se fue a vivir a un pequeño cuarto pegado a la capilla que alojaba la santa imagen, dejando todas sus pertenencias a su tío Juan Bernardino y pasando el resto de su vida completamente dedicado a la difusión, entre la gente de su pueblo, del relato de las apariciones. Juan Diego muere el 30 de mayo de 1548, a los 74 años. Su Santidad Juan Pablo II alabó en Juan Diego su gran fe y lo definió (a aquel que le dijo a la Santísima Virgen: “Soy sólo un hombrecillo, soy un cordel, soy una escalerilla de tablas, soy cola, soy hoja, soy gente menuda”) como un modelo de humildad para todos nosotros. En abril de 1990, Juan Diego fue beatificado por el papa Juan Pablo II en el Vaticano. Al siguiente mes, en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, en la ciudad de México, durante su segunda visita al Santuario, Su Santidad presidió la solemne ceremonia de beatificación. En julio de 2002 fue canonizado en una ceremonia presidida por Juan Pablo II, realizada en la Basílica de Guadalupe.
EDIFICIO DE LA SHCP, MUSEO DEL ARZOBISPADO
En la actualidad, al visitar el inmueble del Arzobispado podemos apreciar en una pizarra roja la descripción de lo que ahí aconteció, algo sobre los años de historia del predio, así como otros detalles que hacen especial a este lugar. Aquí les presentamos un fragmento de este escrito: “El inmueble que hoy ocupa el Museo de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público se ubica en el sitio en el que fue erigido el Antiguo Palacio Arzobispal, fundado en 1530 por fray Juan Zumárraga, quien estableció su primera residencia en las casas edificadas sobres las ruinas del templo de Tezcatlipoca. Estas construcciones sirvieron como sede al obispado de la Nueva España y, según la tradición, fue en este recinto donde Zumárraga recibiría a Juan Diego con el testimonio de la aparición guadalupana en 1531…”. Y demás sucesos históricos arriba ya mencionados.
TESTIMONIOS ACTUALES DEL PALACIO DEL ARZOBISPADO
En el inmueble y lugar del suceso histórico, ahí donde ocurrió el encuentro memorable, entrevistamos a Rafael Ríos, que se desempeña como asesor educativo del Museo de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público del antiguo Palacio del Arzobispado, quien amablemente nos habló sobre las actuales funciones del edificio, enseñándonos para ello algunos lugares interesantes como los murales, corredores y muebles, y nos mostró una sala donde muy probablemente tuvo lugar el memorable encuentro de Juan Diego y Zumárraga. En la actualidad, esta habitación lleva el nombre de Sala de arte sacro; era la habitación central de la casa, que con los años pasó a tener múltiples funciones. Pero también averiguamos, como leyenda histórica y no comprobada, que posiblemente Zumárraga, por ser un español de origen bastante férreo, no aceptaba que entraran indios en ese recinto, por eso hay quien afirma que Juan Diego ni siquiera entró ahí, y que el tan mencionado encuentro se dio realmente en las calles de Moneda, en el pórtico del palacio. Algunos más mencionan que fue donde hoy está ubicado el museo del sitio como lugar de la develación del ayate. Lo que sí se nos aseguró fue la relación de esta casa arzobispal y el convento de Santiago Tlatelolco, donde Juan Diego estudió el español y se convirtió a la religión católica. De esta forma se estaría hablando de tres lugares importantes en relación con Juan Diego: el Cerro del Tepeyac, Santiago Tlatelolco y el Palacio del Arzobispado.
UN LUGAR PARA EL CULTO GUADALUPANO
Se cree que esta versión del importantísimo encuentro no es muy difundida porque podría ocasionar que la gente del clero en México tratara de recuperarlo y convertir al lugar como sitio de adoración, donde los fieles tendrían que pasar por ahí como lugar obligado de culto durante su peregrinaje guadalupano. De ahí el riesgo de que la Iglesia tratara de apropiárselo por su vínculo directo con Juan Diego. Es por eso que este suceso se mantiene como ignorado y un poco restringido. Hoy el sitio sirve para albergar exposiciones de arte, fotografía, festivales o presentaciones infantiles y de libros. Si usted tiene la oportunidad de adentrase en sus paredes, recuerde todo lo que ahí ha sucedido y maravíllese de este sitio y otros más que tenemos en nuestro Centro Histórico.